La revolución comunista en China
La decadencia de la otrora poderosa China había llevado a la intervención
colonial europea en el siglo XIX. La China gobernada por los últimos
emperadores de la dinastía Qing sufre reiteradas humillaciones por parte de las
potencias europeas, EEUU y Japón.
La proclamación de la República en 1912 no trajo la estabilidad que necesitaba
un país empobrecido. Dos fuerzas importantes emergieron de este período de
crisis: el Kuomintang (Guomindang), grupo nacionalista apoyado por la burguesía
urbana y liderado por Chiang Kai-chek, que ejerció el gobierno en la
mayor parte del país, y el Partido Comunista Chino (PCCh), con una base social
esencialmente campesina y dirigido por Mao
Zedong.
La guerra civil entre ambas facciones estalló en 1927 y duró hasta 1937, cuando
ambos ejércitos aunaron fuerzas para luchar contra la invasión japonesa. La
guerra chino-japonesa se prolongó en la segunda guerra mundial y, tras la
derrota japonesa en 1945, China concluyó como una de las grandes vencedoras del
conflicto mundial.
La ocupación japonesa y la guerra dejaron un país destrozado en el que
rápidamente se reavivó la guerra civil entre el Kuomintang y el Ejército de
Liberación Popular (ELP) comunista. La inflación galopante y la corrupción
generalizada hicieron que, pese a recibir ayuda norteamericana, el gobierno de Chiang Kai-chekfuera perdiendo
el apoyo popular. El ejército comunista, mientras tanto, aplicó una reforma
agraria en las zonas que dominaba y vio como millones de campesinos se le
unían. Finalmente, Chiang
Kai-chek y los restos del
ejército del Kuomintang huyeron a la isla de Taiwán y Mao Zedong proclamó el 1 de octubre de 1949 en
Beijing (Pekín) la República Popular China. La guerra concluyó en mayo de 1950
cuando el ELP terminó por controlar el oeste de China y el Tibet.
El nuevo gobierno chino siguió pronto el modelo estalinista. El Partido
Comunista Chino concentró todo el poder y el Politburó del Comité Central del
Partido, dirigido por Mao
Zedong, ejerció el liderazgo efectivo en el país. Desde una posición de
fuerza, basada en represión contra los opositores, el gobierno comunista lanzó
un programa de reformas.
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